Enero 6, 1900

La confianza: Escalera para subir a la Divinidad.

Esta mañana he recibido la comunión y me he encontrado con Jesús, estaba también la Mamá Reina, y ¡oh! maravilla, veía a la Madre y veía el corazón de Ella transformado en Jesús Niño, miraba al Hijo y veía en el corazón del Niño a la Madre. Mientras estaba en esto recordé que hoy es la Epifanía, y yo, a ejemplo de los santos magos debía ofrecer alguna cosa al Niño Jesús, pero veía que no tenía nada que darle. Entonces, viendo mi miseria, me ha venido el pensamiento de ofrecerle por mirra mi cuerpo con todos los sufrimientos de los doce años que he estado en cama dispuesta a sufrir y a estar todo el tiempo que Él quisiera; por oro la pena que siento cuando me priva de su presencia, que es la cosa más penosa y dolorosa para mí; por incienso mis pobres oraciones unidas a las de la Reina Mamá, a fin de que fueran más aceptables al Niño Jesús. Entonces hice el ofrecimiento con toda la confianza de que el Niño aceptaría todo. Parecía que Jesús con mucho gusto aceptaba mis pobres ofrecimientos, pero lo que más le gustaba era la confianza con la que se los había ofrecido.

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«Dios no podría inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad. Acrecerme es imposible; he de soportarme a mí misma tal y como soy, con todas mis imperfecciones. Pero quiero hallar el modo de ir al cielo por un caminito muy recto, muy corto; por un caminito del todo nuevo.» Parafraseando a Santa Teresa del Niño Jesús vemos como nuestro Señor no inventa cosas difíciles, ni nos exige nada nuevo en el Libro de Cielo, sino que insiste en cómo deben vivir las generaciones de ahora la Vida Divina, pero la base no ha cambiado, sigue siendo la misma: la confianza, el conocimiento de sí mismo, el abandono en Dios… Y ese caminito del todo nuevo es la Voluntad de Dios, esa Voluntad Divina que conserva y da Vida a todo, y ahora tenemos que vivirla como fruto de la Redención. Jesús nos regala, en este día y siempre, esa escalera de confianza -no para llegar a la santidad- sino a la Divinidad. Los santos vivieron la unión con Dios, pero nosotros estamos llamados a la Fusión, a ser semejantes a Él, a quedar fundidos y ser una sola persona. Hoy pídele a los Reyes el regalo de la confianza, y tú ofrécele al pequeño Niño tu voluntad humana; y tus oraciones, obras y sufrimientos sean pequeños soles que ofrecerle para fundirse en el Sol del Querer Divino.

FIAT.

Fdo. Elena 🕊️

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