Estamos llenos de muchas cosas, de apegos, de reflexiones personales. Buscando apoyos humanos en vez de solo a Jesús. Todas estas cosas hace que seamos almas indecisas, inconstantes, volubles. El ser así, a nuestro Señor no le agrada.

Jesús quiere enseñarnos que el Alma en la Divina Voluntad puede decir que su vida ha terminado y que tiene que aprender a olvidarse de sí misma. Estar como un niño en pañales dejando que los designios divinos obren en cada uno de nosotros, desarrollando nuestra vida tal y como Él nos la dió. Pero ahora llamando a la Divina Voluntad en todo lo que hagamos.