En la catequesis de hoy aprenderemos el significado velado de Jesús sometido al corte de la circuncisión. Un acto externo que por dentro encierra la hermandad con la familia humana, la obediencia de un Dios a las leyes que imperaban, y la materia prima donde se oculta la Vida Divina.

En este acto Jesús nos dice, “soy igual que ustedes, hago lo que hacen ustedes”, pero ahora ese acto natural queda divinizado por Él. Esa primera sangre derramada por el Divino Niño es el primer desembolso que hace para salvar a la humanidad.

Cada acto de Jesús fue para reordenar los actos humanos en la Voluntad Divina. Así debe ser en nosotros.

La Virgen se abandonó por completo, dejándose llevar en todo aquello que el Divino Querer le pedía. Y precisamente este abandono a la obediencia divina nos lo enseña en este acto de llevar a Jesús para ser circuncidado. Ella veía oculta en todo la Vida Divina obrante de Dios.

“No hubo obra o pena que Él sufriera, con la que no tratara de reordenar nuevamente la Divina Voluntad en las criaturas, por eso lo que te debe importar, en todas las circunstancias, incluso dolorosas, humillantes, es el hacer en todo la Divina Voluntad, porque éstas son la materia prima en la cual se oculta para obrar en la criatura, para hacerla adquirir su vida obrante en la criatura”. Día 21.

En todas las circunstancias de tu vida, sin importar si son cosas agradables, o situaciones que no lo son, debes mirarlas como materia prima en la cual está oculta la Voluntad Obrante de Dios, que desea obrar en ti para hacerte adquirir su vida palpitante, su vida obrante. Tu mirada ante situaciones que pueden ser dolorosas o humillantes siempre tiene que ser esa mirada divina que te lleve a ver esta materia prima donde está oculto el mismo Jesús.

La enseñanza divina de hoy es aprender a mirar todo como “materia prima” donde se oculta la Voluntad de Dios.

FIAT.