Hoy comenzamos otra etapa donde veremos diferentes momentos de la vida de Jesús junto a nuestra dulce Madre.

Ya habíamos hablado anteriormente de algunas etapas de la vida de Nuestro Señor, como fue su Encarnación, su Nacimiento o el momento de la Epifanía.

En estas nuevas catequesis hablaremos de otra etapa de su vida, siempre buscando esa enseñanza divina que nuestra Madre y maestra nos quiere dar.

Los hechos que veremos son concernientes a la vida pública de su Hijo:

  • La Pasión.
  • La Resurrección.
  • La Ascensión.
  • La Venida del Espíritu Santo.
  • La Asunción al Cielo de la Reina Mamá.

Hoy hablaremos de la Pasión. La Virgen quiere nuestra compañía a través de unir nuestros actos a los de ella llamando en todo a la Divina Voluntad. Una llamada que se apoya en una decisión firme del alma de querer vivir de Voluntad Divina.

Esto implica un abandono total en Dios:

  • Viviendo el desapego.
  • La rectitud en el obrar.
  • Y viendo el Fiat obrando en todo.

Para ello se tiene que unir tu vida al obrar de Jesús, tus sufrimientos a la Pasión, y cambiar poco a poco tu forma de orar, de obrar y de sufrir. María a través de la Pasión que vive su Hijo quiere mostrarte que el Fiat Divino es exigente, pero que a la vez que exige algo de la criatura da todo lo necesario para obtener de ella el sacrificio que quiere dándole la fuerza divina. María y su Hijo sufrieron penas indecibles, pero no fueron penas forzadas o rechazadas, sino que fueron de oficio. En otras palabras, fueron penas voluntarias animadas por la Voluntad Divina para levantar nuevamente a la voluntad humana caída.

En cada pena de Jesús y de María llamaban a resurgir la voluntad humana en la Voluntad Divina.

Toda la Pasión de Jesús habla de este florecer divino de la criatura. Una Pasión no limitada a las últimas 24 horas de Jesús, sino una Pasión que inicia desde el momento de la Encarnación; durante toda su vida oculta; y una Pasión a la cual nosotros debemos unirnos sobre todo a través del vínculo del sufrimiento y de las pruebas.

La enseñanza divina de hoy es vivir todo en el Fiat Divino, sin olvidar que Jesús dotará a la criatura de todo lo necesario, incluyendo la fuerza divina para llevar junto con Él estas penas.

FIAT.