Tercer aspecto de la vida de Maria: pronunciar Fiat.

Todas estas lecciones de la Reina del Cielo son muros que forman una fortaleza alrededor de tu voluntad humana. Tu mirada va a ir cambiando para que donde quiera que mires veas todo santo, todo sagrado, y puedas pronunciar junto con Ella «Fiat» en todas las circunstancias de tu vida.

Pero, ¿por qué cuesta decir «Fiat»? A veces, es un fiat débil, pequeñito, que se pronuncia en un ámbito de la vida, pero en otro no. Esto sucede porque pones actos movidos de tu voluntad humana aun bajo aspecto de bien. Falta la perseverancia, la firmeza, que hace dejar de lado la inconstancia, y la falta de continuidad en los actos.

La debilidad, la volubilidad, la inconstancia, todo esto es fruto de la voluntad humana, pero Jesús quiere el Fiat de los actos simples y pequeños, no de palabras, sino con los hechos. A veces pasa que queremos decir fiat en acontecimientos grandes y sacrificios que requieren un gran esfuerzo sin haber dicho antes fiat en las cosas pequeñas.

María estando en el templo pronunció «Fiat» en todo, aun en las tareas más sencillas como encender el fuego, barrer… Su regla siempre fue la Divina Voluntad.

Ella nos dice el día 14 “a mis superiores los veía como comandantes de un Querer tan santo, por eso para Mí la campanita, la regla, los superiores, mis acciones, incluso las más humildes, eran alegrías y fiestas que me preparaba el Fiat Divino, que extendiéndose también fuera de Mí me llamaba a extender su Voluntad para formar su Reino en los más pequeños de mis actos”.

La enseñanza divina de hoy es decir fiat en todo, aun en las cosas mas simples y sencillas; tienes que habituarte a decir fiat en los actos pequeños, y de los pequeños pasar a los mayores.

FIAT.