13/07/2025

Evangelio según San Lc. 10, 25-37 – Lectura de Libro de Cielo – Vol. 12 Diciembre 6, 1919
“Amor mío, en tu Querer encuentro todas las generaciones, y yo a nombre de toda la familia humana te adoro, te beso, te reparo por todos; tus llagas, tu sangre se las doy a todos, a fin de que todos encuentren su salvación. Y si las almas perdidas no pueden ya aprovecharse de tu santísima sangre, ni amarte, la tomo yo por ellas para hacer lo que deberían hacer ellas, no quiero que tu amor quede defraudado por parte de las criaturas, por todos quiero suplir, repararte, amarte, desde el primero hasta el último hombre”. Mientras esto y otras cosas decía, mi dulce Jesús me puso los brazos al cuello y estrechándome me dijo:
“Hija mía, eco de mi Vida, mientras tú rezabas mi misericordia se endulzaba y mi justicia perdía la aspereza, y no sólo en el tiempo presente, sino también en el tiempo futuro, porque tu oración permanecerá en acto en mi Voluntad, y en virtud de ella mi misericordia dulcificada correrá más abundante, y mi justicia será menos rigurosa, y no sólo esto, sino que escucharé las notas de amor hasta de las almas perdidas”.

FIAT