09/11/2025

Evangelio del domingo Jn. 2, 13-22 – Hora 18 El alma sigue a Jesús en varios episodios más de su vida publica.
“Amado Bien mío, veo que diriges nuevamente tus pasos hacia Jerusalén, y por esto te acompaño con mi “te amo, te adoro, te bendigo, te agradezco». Pero, ¿qué dolor no sufre tu corazón divino cuando descubre que el templo, casa de tu Padre, es profanado como si fuese un lugar de mercado? Ante tal vista te encolerizas, tomas unas cuerdas y con autoridad divina golpeas a diestra y siniestra, derribas todo y arrojas fuera a los profanadores. A la fuerza de tu acto imperante, ninguno se opone y todos huyen. Jesús mío, invisto aquellas cuerdas con mi «te amo», para rogarte que las empuñes de nuevo y saques a nuestra voluntad humana que osó profanar tu templo vivo de nuestras almas. ¡Ah, golpéala de manera tal, que no tenga más la temeridad de dominar nuestras almas, sino que ceda totalmente su puesto a tu Divina Voluntad!»
FIAT