Diciembre 28, 1938

La Maternidad de la Reina del Cielo.

Ahora hija mía, escucha otra sorpresa de amor de tu Jesús y de nuestra Mamá Celestial, porque en todo lo que se hacía entre mi Mamá y Yo, el amor no encontraba obstáculos, el amor del uno corría en el amor del otro para formar una sola Vida. Ahora, queriendo hacerlo con las criaturas, cuántos obstáculos, rechazos e ingratitudes, pero mi amor no se detiene jamás, tú debes saber que en cuanto mi inseparable Mamá extendía su Maternidad dentro y fuera de mi Humanidad, Yo la constituía y la confirmaba como Madre de cada uno de los pensamientos de las criaturas, de cada respiro, de cada latido, de cada palabra, y hacía extender su Maternidad en las obras, en los pasos, en todas sus penas; su Maternidad corre en todas partes, cuando la criatura está en peligro de caer en pecado, corre, los cubre con su Maternidad a fin de que no caigan, y si han caído deja su Maternidad como ayuda y defensa para hacerla levantarse. Su Maternidad corre y se extiende sobre las almas que quieren ser buenas y santas, y como si encontrase a su Jesús en ellas, hace de Madre a su inteligencia, guía sus palabras, las cubre y esconde en su amor materno para hacer crecer a otros tantos Jesús. Su Maternidad hace alarde sobre el lecho de los moribundos, y valiéndose de los derechos de autoridad de Madre, dados por Mí, me dice con acento tan tierno que Yo no puedo negarle nada: ‘Hijo mío, soy Madre, y son hijos míos, debo ponerlos a salvo; si no me concedes esto mi Maternidad quedará afligida’. Y mientras esto dice, los cubre con su amor, los esconde en su Maternidad para ponerlos a salvo. Mi amor fue tanto que le dije: ‘Madre mía, quiero que seas la Madre de todos, y lo que me has hecho a Mí lo harás a todas las criaturas, tu Maternidad se extienda en todos sus actos, de modo que a todos los veré cubiertos y escondidos en tu amor materno’. Mi Mamá aceptó y quedó confirmado que no sólo debía ser Madre de todos, sino que debía investir cada uno de sus actos con su amor materno. Esta fue una de las gracias más grandes que hice a todas las generaciones humanas. ¿Pero cuántos dolores no recibe mi Mamá? Llegan a no querer recibir su Maternidad, a desconocerla y por eso todo el Cielo ruega, espera con ansia que la Divina Voluntad sea conocida y reine, y entonces la gran Reina hará a los hijos de mi Querer lo que hizo a su Jesús, su Maternidad tendrá vida en sus hijos. Yo cederé mi puesto en su corazón materno a quien viva en mi Querer; Ella los hará crecer, guiará sus pasos, los esconderá en su Maternidad y santidad, en todos sus actos se verá impreso su amor materno y su santidad, serán verdaderos hijos suyos, que me semejarán en todo, y ¡oh! cómo suspiro que todos lleguen a saber que quien quiere vivir en mi Querer tiene una Reina y Madre potente, que suplirá a lo que les hace falta a ellos, que los hará crecer en su regazo materno y que en todo lo que hagan estará junto con ellos para modelar sus actos a los suyos, tanto, que se conocerá que son hijos crecidos, custodiados, educados por el amor de la Maternidad de mi Mamá, y éstos serán los que la volverán contenta y serán su gloria y honor”.

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¿Cuáles son tus propósitos para este nuevo año? No te pregunto por los propósitos de siempre que quedan en… propósitos, y poca enmienda. Te pregunto por tus propósitos de Vida. En esta lectura del Libro de Cielo, la última escrita por Luisa, es una invitación a plantearte cómo quieres vivir tu Vida -con mayúscula-, y no tu vida -en minúscula-, que ya sabes como la estás viviendo.

Que tus propósitos sean: el amor corriendo en el amor de la Madre Reina, que Ella sea Madre de tus pensamientos, respiros, latidos, palabras; para que extienda su Maternidad en tus obras, en tus pasos, en tus penas. Que te esconda en su amor materno para hacer crecer a Jesús en ti, y te salve. Que sea Madre tuya invistiendo cada uno de tus actos con su amor materno, y reinando la Divina Voluntad aquí en la tierra su Maternidad tenga Vida en nosotros hasta convertirnos en los hijitos de la Divina Voluntad.

Esos serían los propósitos de Vida Divina, solo hace falta la enmienda de tu disposición, y la Mamá Reina viendo la pureza de tu intención, suplirá en todo. Ama como ama Ella, con su mismo amor, y ese amor será el germen de tu Vida Divina. Y como dice Luisa, busquemos en el Querer Supremo nuestro refugio.

FIAT.

Fdo. Elena 🕊️

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