11/12/2025

Volumen 12 – Enero 10, 1921
«Hija mía, recuérdate que años atrás te pregunté si querías hacer vida en mi Querer, y como te quería en mi Querer, quise que en mi mismo Querer pronunciaras tu «sí»; este «sí» quedó atado a un punto eterno y a una Voluntad que no tendrá fin; este «sí» está en el centro de mi Querer… «El primer «sí» en mi Fiat lo he pedido a mi querida Mamá, y ¡oh potencia de su Fiat en mi Querer! En cuanto el Fiat Divino se encontró con el Fiat de mi Mamá, se hicieron uno solo; mi Fiat la elevó, la divinizó, la cubrió, y sin obra humana me concibió a Mí, Hijo de Dios. Sólo en mi Fiat podía concebirme; mi Fiat le comunicó la inmensidad, la infinitud, la fecundidad en modo divino, y por eso pude quedar concebido en Ella, Yo, el inmenso, el eterno, el infinito. En cuanto dijo «Fiat Mihi», no sólo se posesionó de Mí, sino cubrió también a todas las criaturas, a todas las cosas creadas, sentía todas las vidas de las criaturas en Ella, y desde entonces comenzó a hacerla de Madre y de Reina de todos. ¡Cuántos portentos no contiene este «sí» de mi Mamá!
FIAT