Volumen 15 – Junio 28, 1923

«Yo quería estar dentro del hombre como germen, y fuera como trabajador, para formar en él el árbol de mi eterno amor; ¿porque de qué le serviría al hombre tener el ojo lleno de luz si no tuviera una luz externa que lo iluminara? Quedaría siempre en oscuridad, así que para gozar el efecto de la luz se necesita la luz interna del ojo y la luz externa del sol que lo ilumina; así de la mente, si no tuviera la palabra que manifiesta el pensamiento, la vida de la inteligencia moriría y quedaría sin fruto, y así de todo lo demás. Amé tanto al hombre, que no sólo puse en él este germen de mi eterno amor, sino que lo puse a él bajo las olas de mi eterno amor que está esparcido en todo lo creado, para hacerlo germinar en él y arrollarlo todo en mi eterno amor; así que si la luz del sol resplandece en su ojo, le lleva la ola de mi amor; si toma el agua para quitarse la sed, el alimento para nutrirse, le llevan la ola de mi eterno amor; si la tierra se extiende bajo sus pies y queda firme para darle el paso, le lleva la ola de mi amor; si la flor emana su perfume, si el fuego hace salir su calor, todos le llevan mi eterno amor. Pero esto no basta, Yo estoy junto a él trabajando dentro y fuera para arreglar, confirmar y sellar todas mis semejanzas en el alma del hombre, a fin de que amor eterno le doy, y amor eterno me dé, así que también la criatura me puede amar con eterno amor, porque de él contiene el germen. Pero con sumo dolor mío el hombre sofoca este germen, y entonces sucede que a pesar de que mi amor lo tiene bajo sus olas, él no siente la luz que le lleva mi amor, porque él habiendo sofocado el germen ha quedado ciego; a pesar de que mi amor arde, él no se calienta, y por cuanto beba y coma no se le quita la sed ni se alimenta, pues donde no está el germen no hay fecundidad».

+++++

Jesús nos ama sin importar lo que nosotros podamos sentir por Él. Es un Padre que nos ama desde las entrañas, y en todos los bienes con los que nos ha colmado ha puesto su germen de amor. Su amor es fecundo porque contiene la Vida Divina, y es luz para nuestra vida. Dios no nos creó porque nos necesitara, ni necesitara nuestro amor. Ni tan si quiera necesita las alabanzas de los ángeles, porque por Sí Mismo es Amor, Felicidad y es el Todo. Pero en su Bondad infinita, quiere nuestra correspondencia de amor. Sentir que reconocemos que el amor que tenemos y que podemos dar nace del germen de su Amor, y quiere que le amemos con su mismo Amor.

En cada cosa que hagas hoy deja tu estribillo de amor, para que Jesús se sienta amado en tu nombre y en el de todas las criaturas.

FIAT

Fdo. Elena

¿Te interesa profundizar en la Divina Voluntad?
Suscríbete para recibir cada semana las nuevas entradas del blog directamente en tu correo electrónico.
Reflexiones, conocimientos y fragmentos clave de los escritos revelados por Jesús a través de Luisa Piccarreta, para acompañarte en tu camino espiritual.