
Volumen 1 – (202)
“Otras veces me hacía ver también escenas tan consoladoras y bellas, que
raptaban, y éstas eran ver a buenos y santos sacerdotes que celebraban los Sacrosantos Misterios. ¡Oh Dios, como es alto, grande, sublime su ministerio! Cómo era bello ver al sacerdote que celebraba la misa y a Jesús
transformado en él, parecía que no el sacerdote, sino que Jesús mismo celebraba el Divino Sacrificio, y a veces hacía desaparecer del todo al sacerdote y Jesús solo celebraba la misa y yo la escuchaba, ¡oh, cómo era conmovedor ver a Jesús recitar aquellas oraciones, hacer todas aquellas ceremonias y movimientos que hace el sacerdote! ¿Quién puede decir cuán consolador me resultaba ver estas misas junto con Jesús?”
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El ministerio sacerdotal es un regalo a los hombres del mismo Gran Sumo Sacerdote Jesús para la continuación de su ministerio en la tierra. Jesús le mostró a Luisa, en diferentes ocasiones, la santidad del sacerdote que celebraba el Sacrosanto Misterio, y fue testigo de cómo el amor verdadero en la vocación sacerdotal hace transformar al mismo Jesús en el sacerdote que oficia una Misa.
Estas revelaciones que nos hace Jesús en el Libro de Cielo no son para decir: «¡qué bonito!», sino para enseñarnos a girar. ¿A girar en qué?
Cuando vayamos a misa, en nuestro camino a la iglesia, podemos girar por todas esas personas que no fueron, que no van, y que no irán nunca. Durante el oficio podemos fundir al sacerdote con Jesús, no para que lo santifique, sino para que lo divinice y extienda el Reino en su corazón, por él y por todos los sacerdotes pasados, presentes y futuros. Y durante la misa podemos girar en las diferentes partes del oficio como ya vimos en la formación del Divino Sacrificio, porque el conocimiento abre todas las puertas entre Dios y la criatura.
Pero lo que Jesús nos está enseñando en esta lectura es la sobrenaturalidad de la Santa Misa, para que vivamos ese momento con los ojos del alma bien abiertos, y conozcamos lo que sucede realmente en la actualización del Santo Sacrificio. Tenemos que dejar de banalizar lo que no percibimos con los ojos del cuerpo e interiorizar lo que Él nos enseña en el Libro de Cielo.
FIAT
Fdo. Elena 🕊️