
Volumen 6 – Enero 16, 1906
Quien vive en el ambiente de la Voluntad Divina está en el puerto de todas las riquezas.
“Hija mía, quien vive en el ambiente de mi Voluntad está en el puerto de todas las riquezas, y quien vive fuera de este ambiente de mi Voluntad, está en el puerto de todas las miserias, por eso se dice en el Evangelio que a quien tiene le será dado, y a quien no tiene le será quitado aquel poco que tiene, porque quien vive en mi Voluntad, estando en el puerto de todas las riquezas, no es maravilla que se irá enriqueciendo siempre más con todos los bienes, porque vive en Mí como en su propia casa, y Yo, teniéndolo en Mí, ¿seré acaso avaro? ¿No iré dándole día con día, ahora un favor, ahora otro, y jamás cesaré de darle hasta en tanto que no le haya participado todos mis bienes? Sí, ciertamente, en cambio quien vive en el puerto de las miserias, fuera de mi Voluntad, ya por sí misma la propia voluntad es la más grande de las miserias y la destructora de todo bien, ¿qué maravilla entonces que si tiene un poco de bien, no teniendo contacto con mi Voluntad y viéndolo inútil en aquella alma le sea quitado?”
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Jesús nos enseña en esta lectura esa parte AdIntra del Evangelio Mt 25:29. Antes de conocer la Divina Voluntad nosotros nos quedábamos en lo de fuera, en esas palabras aparentemente simples de Jesús, y muchos ni siquiera llegábamos a entenderlas. En esta pedagogía de la Divina Voluntad sabemos que cada acto tiene dos movimientos, el externo (AdExtra) y el interno (AdIntra). Ahora tenemos que tener esa mirada divina en todo, así como en nuestra lectura personal de la Palabra, porque tal como se describe en este extracto del Libro de Cielo, hay una enseñanza interna, un bien divino oculto en aquellas palabras de Jesús.
En esta era de la Santificación se está dando a conocer el don de la Divina Voluntad y tenemos que aprender a leer el Evangelio con una mirada renovada, con una mirada AdIntra para penetrar en esa Voluntad Divina que contiene cada pasaje:
“Por eso se dice en el Evangelio que a quien tiene le será dado, y a quien no tiene le será quitado aquel poco que tiene, porque quien vive en mi Voluntad, estando en el puerto de todas las riquezas, no es maravilla que se irá enriqueciendo siempre más con todos los bienes, porque vive en Mí como en su propia casa”.
Cuántas veces habíamos leído ese versículo sin entenderlo, y mucho menos pensar que encerraba un conocimiento divino sobre la Voluntad de Dios. El Antiguo Testamento y los Salmos también podemos leerlos con esa mirada divina, acogiendo en el corazón ese bien divino escondido, y si en nuestros inicios tenemos dificultad para ver esa parte AdIntra, podemos dejar nuestro estribillo, y poco a poco irán cayendo los velos de nuestra ceguera humana y captaremos la sutileza de la Voluntad Divina en cada pasaje de la biblia, y sobre todo, en el Nuevo Testamento.
Para aquellos que querráis aprender de forma práctica cómo girar en el Evangelio podéis consultar el tema 3.7 de la página web; y en los diferentes grupos de Desahogo Divino se comparte a diario el giro del Evangelio.
Con este conocimiento, podemos hacer nuestros breves giros -incluso con un solo pensamiento- durante las lecturas de la Misa, para vivir fundidos en Él en cada parte de la Celebración.
FIAT
Fdo. Elena 🕊️