Volumen 1 – (204)

Ahora, mientras veía a Jesús o al sacerdote que celebraba el Divino Sacrificio, Jesús me hacía entender que en la misa está todo el fundamento de nuestra sacrosanta religión. ¡Ah! Sí, la misa nos dice todo y nos habla de todo. La misa nos recuerda nuestra Redención, nos habla detalladamente de las penas que Jesús sufrió por nosotros, nos manifiesta también su Amor inmenso que no estuvo contento con morir sobre la cruz, sino que quiso continuar el estado de víctima en la Santísima Eucaristía. La misa nos dice también que nuestros cuerpos deshechos, reducidos a cenizas por la muerte, resurgirán en el día del juicio junto con Cristo a vida inmortal y gloriosa. Jesús me hacía comprender que la cosa más consoladora para un cristiano y los misterios más altos y sublimes de nuestra santa religión son: Jesús en el Sacramento y la resurrección de nuestros cuerpos a la gloria. Son misterios profundos que los comprenderemos sólo más allá de las estrellas.

+++++

Jesús, a través de Luisa, nos quiere hacer entender la Verdad de lo que celebramos en cada misa: nuestra Redención, sus penas, su Amor, su estado de víctima en la Eucaristía, y la resurrección de nuestros cuerpos a la gloria.

Estamos acostumbrados a meditar delante del sagrario, a hacer adoración eucarística, a comulgar, y a tener esa conciencia de Jesús Eucaristía; pero Él le dice a Luisa que ese -la Eucaristía- es uno de los dos misterios más altos y sublimes de nuestra religión. El otro misterio al que se refiere es el de la resurrección de nuestros cuerpos a la gloria.

No es casualidad que Jesús nos hable de esto, Él quiere que comprendamos e interioricemos ese otro misterio, el cual no solemos meditar ni recordar, aunque lo pronunciemos cada domingo en el credo.

989 CIC Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día (cf. Jn 6, 39-40). Como la suya, nuestra resurrección será obra de la Santísima Trinidad:

«Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rm 8, 11; cf. 1 Ts 4, 14; 1 Co 6, 14; 2 Co 4, 14; Flp 3, 10-11).

Esto es lo que nos dice al respecto el Catecismo, pero durante esta semana vamos a meditar qué es para nosotros este misterio tan santo. Vamos a rumiar sobre estas palabras, vamos a ponerlas en oración delante del Sagrario y la semana que viene veremos qué nos dice Jesús en el Libro de Cielo sobre la resurreción de nuestros cuerpos a la gloria.

FIAT

Fdo. Elena 🕊️

¿Te interesa profundizar en la Divina Voluntad?
Suscríbete para recibir cada semana las nuevas entradas del blog directamente en tu correo electrónico.
Reflexiones, conocimientos y fragmentos clave de los escritos revelados por Jesús a través de Luisa Piccarreta, para acompañarte en tu camino espiritual.