Volumen 25 – Octubre 10, 1928

Felicidad de Jesús al bendecir a su pequeña hija.

Luego, estando cerca de mi Sacramentado Jesús, cada mañana se da la bendición con el Santísimo, y mientras rezaba, mi dulce Jesús que me bendice, moviéndose en mi interior me ha dicho: “Hija mía, de todo corazón te bendigo, más bien bendigo a mi misma Voluntad en ti, bendigo tus pensamientos, respiros y latidos, a fin de que pienses siempre en mi Querer, lo respires continuamente y sea tu latido mi sola Voluntad, y por amor tuyo bendigo a todas las voluntades humanas, a fin de que se dispongan a recibir la Vida de mi Eterno Querer. Hija mía amadísima, si tú supieras cómo es dulce, cómo me siento feliz de bendecir a la pequeña hija de mi Querer; mi corazón exulta al bendecir a aquélla que posee el origen, la Vida de nuestro Fiat, que llevará el inicio, el principio del reino de mi Divina Voluntad. Y mientras te bendigo, vierto en ti el rocío benéfico de la luz de mi Querer Divino, que adornándote toda, te hará aparecer más bella a mis miradas sacramentales, y Yo me sentiré más feliz en esta custodia al mirar a la pequeña hija mía prisionera, investida y atada por las dulces cadenas de mi Voluntad. Y cada vez que te bendiga, haré crecer la Vida de mi Querer Divino en ti. Cómo es bella la compañía de quien hace mi Divina Voluntad, Ella pone el eco en el fondo del alma, de todo lo que hago en esta hostia santa, y Yo no me siento solo en mis actos, siento que reza junto Conmigo, y uniéndose juntas nuestras súplicas, nuestros suspiros, pedimos una sola cosa: Que la Divina Voluntad sea conocida y que pronto venga su reino”.

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Con esta lectura sobre la bendición acabamos esta serie de catequesis sobre la Divina Voluntad y la Santa Misa.

En el rito de despedida el sacerdote se despide con la bendición final. Veamos qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

2626 La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la fuente de toda bendición.

2627 Dos formas fundamentales expresan este movimiento: o bien la oración asciende llevada por el Espíritu Santo, por medio de Cristo hacia el Padre (nosotros le bendecimos por habernos bendecido; cf Ef 1, 3-14; 2 Co 1, 3-7; 1 P 1, 3-9); o bien implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo, desciende de junto al Padre (es Él quien nos bendice; cf 2 Co 13, 13; Rm 15, 5-6. 13; Ef 6, 23-24).

Vivamos ese momento de la Misa a cada instante, no solo durante el oficio, sino en cualquier lugar y tiempo. Nuestro Señor nos bendice continuamente con su Voluntad Divina hasta que la hagamos Vida en nosotros. La mayor felicidad para Jesús es darnos esta bendición, porque así se reconoce en la criatura y la criatura en Él; y siente la compañía de nuestros actos, de nuestra vida, y unidos en oración nuestra única intención será su misma petición: Que la Divina Voluntad sea conocida y que pronto venga su reino.

Tal como dice el Catecismo, respondamos a los dones de Dios con su misma bendición y agradecimiento, pero llevemos a plenitud el sentido de la bendición con los conocimientos que nos revela Jesús en el Libro de Cielo, y al igual que Luisa dejémonos encadenar por Su Voluntad.

FIAT

Fdo. Elena 🕊️


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