17/11/2025

Volumen 6 – Junio 15, 1904

“Hija amada mía, me es tan querida la criatura y la amo tanto, que si la criatura lo comprendiera le estallaría el corazón de amor, y esto es tan cierto, que al crearla no la hice otra cosa que un pequeño recipiente lleno de partículas de los atributos divinos, de modo que de todo mi Ser, atributos, virtudes, perfecciones, el alma contiene muchas pequeñas partículas de todo ello, según la capacidad dada por Mí, y esto a fin de que pudiera encontrar en ella otros tantos pequeños distintivos correspondientes a mis atributos y así poder deleitarme y juguetear perfectamente con ella. Ahora, este pequeño recipiente lleno de lo divino, cuando el alma se ocupa de las cosas materiales y las hace entrar en ella, hecha afuera alguna cosa de lo divino y toma su lugar alguna cosa material; qué afrenta recibe la Divinidad y qué daño el alma; pero si por necesidad se ocupa de las cosas materiales, ¡cuánta atención se requiere para no hacerlas entrar! Tú, hija, está atenta, de otra manera, si veo en ti alguna cosa que no sea divina, Yo no me haré ver más”.

FIAT